La Comisión ha señalado que esta inyección de capital en las mencionadas entidades, las harán de nuevo viables y podrán contribuir a la recuperación del sector bancario español.
A cambio de las ayudas, las entidades deberán reducir su tamaño, como ya se exigió a la banca nacionalizada, aunque en menor medida y deberán dejar de prestar dinero a proyectos inmobiliarios, o mantendrán una actividad marginal en este ámbito, y limitarán su presencia en el negocio de banca mayorista . BMN, que ya vendió Caixa Penedés a Sabadell, deberá recortar su balance en un 40%; Ceiss, en el 30%; Liberbank, en el 25%. Caja3 se integrará completamente en Ibercaja, lo que garantizará su retorno a la viabilidad en los cinco años del periodo de reestructuración, según ha explicado la Comisión.
El conjunto de ayudas a las cuatro entidades ascenderá a 1.865 millones de euros, una cifra que supone menos del 30% de los 6.248 millones de euros de necesidad de capital que reveló la auditoría de Oliver Wyman. La diferencia se cubre mediante el reparto de cargas, es decir, la quita en las participaciones preferentes y deuda subordinada, que resta 2.000 millones de euros a la ayuda europea; la venta de activos y otras medidas de gestión, por la que se conseguirá capital por otros mil millones de euros; y el traspaso de activos tóxicos a Sareb, por otros 1.000 millones de euros.