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Opinión

“Unos Presupuestos de impulso al crecimiento económico”

Miguel-Ferre-Navarrete-(Hacienda)

Miguel Ferre Navarrete
Secretario de Estado de Hacienda.


Los Presupuestos Generales del Estado para 2015 que el Gobierno acaba de entregar en el Congreso vienen envueltos en un escenario macroeconómico bien distinto al que existía al comienzo de la legislatura. Frente a las caídas significativas del PIB de 2012 y 2013, y el descontrol de las cuentas públicas heredado de la legislatura pasada, la economía española se encuentra inmersa ahora en un proceso de clara recuperación y desapalancamiento financiero, avalada por instituciones como la Comisión Europea, el FMI y el Banco de España. Las reformas estructurales realizadas por el Gobierno han permitido reconducir el saldo de las cuentas públicas hacia niveles sostenibles, dentro de la senda de reducción del déficit público comprometida con Bruselas y que llevará a rebajar el déficit al 5,5% del PIB este año. El Ejecutivo prevé que en este ejercicio nuestra economía cierre con un crecimiento del 1,3%, un pronóstico que coincide con el de los principales institutos de análisis económico, como reconoce la Autoridad Fiscal Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef). Los ingresos tributarios se mantienen firmes, con un crecimiento del 5,1% hasta el mes de agosto, en términos homogéneos. El avance de liquidación de 2014 apunta a que el año se cerrará con una desviación positiva de 1.100 millones de euros en el conjunto de ingresos no financieros (sumados los tributarios y los no tributarios).

Para el próximo año, hay proyectado un aumento del PIB del 2%, en línea con los últimos pronósticos de la Comisión Europea. Es cierto que el crecimiento se ha ralentizado en algunos países de la UE pero también lo es que hay otros elementos que afectan a la estimación del cuadro macroeconómico como la creación neta de empleo y afiliación a la Seguridad Social, que en España lleva ya varios trimestres de crecimiento consecutivo, o las medidas que el Banco Central Europeo está adoptando para aumentar la masa monetaria como instrumento de impulso económico. Además, los Presupuestos de 2015 incluyen como factor determinante el crecimiento de la demanda nacional, sobre todo del consumo privado, que avanza ya a ritmos del 2%.  Con todo, las cifras se han presupuestado de forma “conservadora” y “prudente”. El crecimiento de la recaudación tributaria prevista para 2015 es del 5,4%, similar a las ratios que se están registrando este año hasta el momento.

Reforma fiscal, impulso decisivo

Este sentido, hay que poner en valor la reforma fiscal, ahora en trámite parlamentario, y que entrará en vigor el próximo enero, mes a partir del cual se comenzarán a notar los efectos de la rebaja de impuestos que lleva incluida, a través de menores retenciones. Los 9.000 millones de euros que se pondrán en manos de los consumidores y empresas en dos años, servirán para estimular el consumo, y por ende, la demanda interna. De esta forma, la reforma fiscal servirá de estímulo e impulso al crecimiento económico proyectado y a la creación de empleo. Se espera un crecimiento adicional del PIB de 0,55 puntos, como consecuencia de ello.

Además, la reforma tributaria tiene como objetivo el impulso a la competitividad de la economía. En este sentido, la bajada del Impuesto sobre Sociedades está ligada a nuevas medidas de apoyo a la capitalización empresarial. Las empresas que ahorren podrán beneficiarse de una bajada del tipo de gravamen, que en el caso de las pymes, puede llegar al 20,25%. El Impuesto sobre Sociedades incorpora otras medidas claves para el cambio de modelo productivo como los nuevos incentivos a la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i).   La reforma fiscal llega pues en un momento oportuno, puesto que las cuentas públicas se encuentran razonablemente saneadas y en una senda tendente al equilibrio.

Los incrementos de recaudación que se obtengan no van a servir para que el Estado gaste más, sino para estimular la creación de empleo. El objetivo es mantener los ingresos tributarios en torno al 38% ó 39% del PIB y destinar lo sobrante a impulsar el crecimiento del PIB. Es el momento, precisamente de la consolidación de ese crecimiento. Después de años de ajustes para estabilizar las cuentas públicas, los Presupuestos de 2015 servirán de refuerzo al crecimiento económico y del empleo, manteniendo el Estado del Bienestar y sin renunciar al objetivo de reducción del déficit público.

Miguel Ferre Navarrete
Secretario de Estado de Hacienda.

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