Jaime Malet - Moneda Única
Presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España, AmChamSpain.

“El TTIP será un revulsivo, acrecentará la trasferencia de tecnología y abrirá mercados a nuestras Pymes”

AmChamSpain publicó hace ahora un año 25 propuestas para “hacer de España una economía más competitiva, productiva e internacionalizada en esta década”, un estudio de las posibilidades de recuperación de nuestro país. ¿Cómo resumiría esas propuestas? ¿Añadiría alguna otra?

Resumiría esas propuestas en básicamente cuatro: mejora en los procesos de gobernanza pública, incluyendo la administración de justicia, el control exhaustivo sobre el gasto y la utilización de las tecnologías de la información en los procesos; mayor flexibilidad en los mercados regulados, incluyendo un mercado laboral más enfocado a la productividad; apuesta por la internacionalización entendida en su sentido más amplio, lo que incluye el fomento de la inversión extranjera y el apoyo a la exportación; y por último una reforma en profundidad de la calidad educativa, especialmente la universitaria, y de los incentivos a la I+D+i.

Hace pocos días intervino usted en la Cumbre Global del Emprendimiento en Marrakech, ¿cómo valoraría este encuentro sobre la importancia de la tecnología y la innovación para los emprendedores?

La cumbre de Marrakech fue un gran éxito y el apoyo del Gobierno estadounidense, con la asistencia del Vicepresidente Joe Biden y la Secretaria de Comercio, Penny Prizker dice mucho a favor de la diplomacia pública norteamericana. Para mí fue un gran honor poder hablar en África ante miles de emprendedores venidos de todo el mundo de la mejora de las condiciones para el fomento de la emprendeduría. En el mundo que está llegando, la tecnología será accesible para una gran parte de la humanidad y el talento surgirá por doquier. Lo que distinguirá a unos países de otros será la facilidad de acceso de ese talento al crédito y al capital.

El TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership) se presenta como “salvavidas” de Europa, sin embargo las cifras previstas (crecimiento de las exportaciones un 6% para Europa y un 8% para Estados Unidos, entre otras) auguran que será Estados Unidos el país más beneficiado por la firma de este acuerdo. El TTIP parece más el salvavidas de Obama, que vive su peor momento desde que salió elegido tras la derrota de los demócratas en los midterms, ¿qué opina usted?

En general, creo que la economía europea se va a beneficiar más. Estados Unidos no tiene un problema de competitividad, Europa sí. En EEUU la energía es más barata, su mercado laboral mucho más flexible, las universidades y los centros de excelencia mucho más activos. Además hay una verdadera revolución en IT, robótica, nanotecnología y biotecnología que está haciendo florecer la industria del mañana. En Estados Unidos hay proceso de reindustrialización que no se produce en Europa. En Europa no se da nada de esto, estamos en un punto de euroesclerosis redefiniendo nuestro sistema institucional todos los días, con una población cada vez más envejecida e incapaces de poder competir con Oriente. El TTIP será un revulsivo, acrecentará la trasferencia de tecnología y abrirá mercados a nuestras Pymes.

Una de las principales dificultades para llevar a cabo la firma del acuerdo es que la Unión Europea está compuesta, a su vez, de 28 países soberanos a los que hay que convencer, y que además tienen diferente peso dentro de la Unión. ¿Cómo se solventarán estas diferencias?

Con mucha información. Hay que explicar claramente que los mayores beneficiados van a ser los consumidores (más competencia significa precios más bajos de los bienes y los servicios) y las Pymes (que no pueden trabajar con dos sistemas regulatorios diferentes). Hay que explicar que se crearán puestos de trabajo y riqueza. 

Francia acaba de anunciar que se descuelga del acuerdo y Alemania plantea su negativa a aceptar la cláusula ISDS que permitirá a las corporaciones llevar ante un tribunal de arbitraje a los estados soberanos europeos. ¿Cómo piensa usted que se desarrollarán las negociaciones tras estas noticias?

La posición de Francia me parece muy irresponsable. A los ciudadanos europeos hay que ofrecerles nuevos retos y horizontes realistas. La situación en Europa no permite tanta demagogia. En cuanto a Alemania, pues lo mismo: acuerdos de protección de inversiones se han firmado en diversas áreas en multitud de países europeos (por ejemplo la Carta Internacional de la Energía). Un acuerdo de este tipo en el Tratado crearía un modelo universal de protección de inversiones.

La situación en España es complicada y su peso específico dentro de la Unión es insignificante. ¿Por qué deberían los españoles estar de acuerdo con el TTIP?

Según el informe Bertelsmann de hace unos meses, España es el país que más se beneficiará con Alemania y el Reino Unido. Entre otros motivos señalados anteriormente, en España hay un problema de enanismo empresarial. Las Pymes no crecen, no se hacen grandes jugadores a nivel mundial. Abrir un nuevo mercado tan grande e importante es un apoyo brutal a nuestras pequeñas y medianas empresas.

Por último, ¿cómo definiría las relaciones comerciales entre los dos países y qué futuro augura para esas relaciones?

Las relaciones de inversión son excelentes. Estados Unidos es el primer inversor en España, y España es el inversor 11 en EEUU. Esto último se ha conseguido en la última década. Y se puede hacer más con las medianas empresas de ambos países. Por el contrario, las cifras de comercio dejan mucho margen para el crecimiento. España no está entre los 30 principales trading partners para EEUU (exportaciones e importaciones). Tanto el TTIP como el nuevo Convenio de Doble Imposición -que AmChamSpain ha impulsado desde cero, y que está pendiente de ratificación- supondrán excelentes plataformas para el comercio y la inversión. 

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