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La expectativa del final del embargo

“Creo en el pueblo cubano”. Cinco palabras pronunciadas en español el día 22 de marzo de 2016 por Barack Obama, el primer presidente de los Estados Unidos en activo que visita Cuba en 88 años. Un discurso histórico que pretendía persuadir a la plana mayor del gobierno cubano de que abriera la puerta a la democracia y cediera a los cubanos la capacidad de elegir libremente a sus líderes.

El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos se hizo público el 17 de diciembre de 2014. 18 meses de negociaciones secretas que dieron como resultado la apertura de las respectivas embajadas después de 54 años de bloqueo, guerra fría y tensión diplomática.

En dicho acuerdo, negociado por teléfono entre Raúl Castro y Barack Obama, se trataron puntos como el del permiso para vender o exportar más bienes y servicios a Cuba desde Estados Unidos con el fin de fomentar el creciente sector privado. También se autorizó la exportación de material de construcción para edificios residenciales, bienes para uso de los conocidos como cuentapropistas y material agrícola para los pequeños agricultores de la isla.

En el otro sentido, se aprobaron la importación de bienes por valor de 400 dólares por parte de los estadounidenses, de los que no más de 100 dólares podrán ser tabaco y alcohol. Además, se decidió que también pudieran llevarse a cabo transacciones autorizadas entre los dos países, permitiendo a las instituciones estadounidenses abrir cuentas en instituciones financieras cubanas, así como el uso de las tarjetas de débito y de crédito estadounidenses en los viajes a la isla.

Desde entonces, la apertura comercial de Cuba es vista como un hito casi inminente, pero de difícil materialización. Aun con el compromiso por parte de Obama, el embargo sigue vigente. Es el congreso estadounidense el que debe votar el fin del embargo. Las distancias políticas y las diferencias sociales no facilitan esa transición.

Comercio exterior de Cuba

Pese a no ser una economía de mercado, Cuba depende económicamente del exterior, incluso con el embargo comercial todavía vigente. Así, esto ha supuesto una traba para el crecimiento del país ya que ha devenido en un grave déficit comercial que se compensa con la de servicios. Cuba vive principalmente de la exportación de esos servicios, en concreto los servicios médicos y el turismo.

Su limitado desarrollo hace que los bienes disponibles para la exportación sean los productos tradicionales como el níquel, el tabaco, el ron, los pescados y mariscos, productos químicos y medicamentos y cada vez más, en derivados de petróleo producidos con importaciones de petróleo venezolano. Cuba necesita importar materias primas, petróleo, bienes de equipo y alimentos, lo cual ha obstaculizado históricamente el desarrollo de su economía. Una de las principales prioridades del gobierno cubano ha sido reducir la dependencia de las importaciones, en particular, las de alimentos, aumentando la producción nacional además de desarrollar nuevos productos para la exportación.

Los principales proveedores de Cuba son Venezuela, China, España, Brasil y México, y sus principales clientes son Venezuela, Canadá, Holanda, China y España.

Por otro lado, más del 50% de los proyectos de inversión en Cuba provienen de países de la UE y en este aspecto es España el principal inversor en una gama amplia de sectores. Destacan el turismo, industrias varias, servicios financieros, suministro de aguas, cemento, etc. Canadá ha sido tradicionalmente otro gran inversor en turismo, energía y níquel. Los inversores de los demás países desempeñan un papel poco relevante, salvo China, Brasil y Venezuela. Los sectores donde se concentra la inversión extranjera son la industria básica (energía, minería y cemento), el turismo, la industria ligera, la agricultura, la industria alimentaria (bebidas) y tabaco.

Relaciones bilaterales

Las relaciones entre España y Cuba se han intensificado en los últimos años, tras retomarse en 2012 las conversaciones que habían quedado interrumpidas en 2009 por un desacuerdo sobre la renegociación de la deuda a corto plazo. En ese momento existían tres asuntos por resolver entre ambos países: la deuda, la apertura de un techo de CESCE de corto y medio plazo y la eliminación de la exigencia de provisiones por el Banco de España en operaciones a más de un año.

La importancia de la presencia española en Cuba se plasma en que nuestro país es el tercer proveedor de bienes a Cuba, y el primero de la Unión Europea. Las principales exportadoras españolas a la isla son pymes, que alcanzan un registro medio de un millón de dólares anuales, y de las que más de 230 están en el país de forma permanente con una delegación comercial y otras 34 lo están como empresa mixta.

En 2014 España exportó a Cuba bienes por valor de 697 millones de euros. Un 12% menos de lo exportado en 2013, aunque bien es cierto que este año registró una cantidad récord, con 799 millones de euros exportados.

Por otro lado, Cuba vendió a España bienes por valor de 110 millones de euros en 2014, un notable 42% menos que en 2013.

La exportación por productos es variada y diversificada: máquinas y repuestos para muchos sectores, equipamiento eléctrico, suministros para la agricultura, hostelería, materiales de construcción, repuestos para automóviles y camiones, alimentos y un largo etcétera.

En el aspecto comercial, España mantiene su posición relativa en el mercado cubano como tercer proveedor después de Venezuela y China desde 2009 y se prevé que la importancia de este mercado para España se mantenga tras la finalización del embargo estadounidense. En principio, la exportación española a Cuba seguirá concentrándose en productos que pueden ser financiados a corto plazo, por tanto, la apertura del techo de CESCE para el seguro de crédito a la exportación a corto plazo ha significado nuevas expectativas de exportación.

Desde Cuba también se seguirán exportando los mismos productos a España, entre los que se encuentran mariscos, ron, tabaco y azúcares, aunque se calcula que pueden aparecer entre los capítulos arancelarios productos derivados del petróleo, de origen cubano y venezolano.

Acuerdos económicos vigentes ente ambos países

No existe un acuerdo de cooperación económico-financiero entre Cuba y España a diferencia de los firmados con otros países iberoamericanos.

Sí está vigente desde 1995 un APPRI, firmado en 1994. A petición de las autoridades cubanas, se reunió en La Habana la Comisión para la redacción de un nuevo APPRI en 2007. Existieron divergencias en algunos puntos del texto, por lo que las conversaciones se suspendieron.

El Convenio para evitar la Doble Imposición fue firmado en 1999 y está en vigor desde 2001.

Perspectivas de futuro

Queda mucho por hacer en Cuba una vez finalice el embargo. Más de medio siglo de aislamiento del mercado estadounidense ha dejado una mella en la isla, y, pese a la patente buena voluntad de todas las partes, hay materias en las que el desacuerdo es muy evidente y difícil de salvar.

No obstante, en una lectura positiva, puede verse la Cuba de los próximos años, a medio – largo plazo, como un mercado interesantísimo, de posibilidades inmensas, en el que nuevos productos y servicios serán recibidos con brazos abiertos y evidente interés. Cuba es un país por desarrollar pero en el que el analfabetismo no existe. Su población está formada, hay mano de obra cualificada y su juventud está ávida de novedades y deseando actualizarse en el ámbito tecnológico.

Prueba de las muchas oportunidades que hay en la isla es la variedad de exportaciones de nuestro país, aunque exista un riesgo de cobro y haya que facilitar la financiación.

Además, hay varios proyectos de inversión en los que se invita a los extranjeros a participar. Los más interesantes son aquellos sectores vinculados a la divisa como minería, azúcar, agricultura etc.

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