Brasil - Moneda Única

Expectación mundial sobre la progresión de una gran potencia

El recién terminado 2016 ha sido un año convulso en lo político para Brasil. El largo, abrupto y complicado proceso de impeachment contra la ex presidenta Dilma Rousseff, que fue acusada a finales de 2015 de falsear las cuentas públicas, finalizó en agosto con la votación que la destituyó de su segundo mandato. Un proceso más político que jurídico que muchos consideraron un golpe de estado disfrazado y que colocó de forma inmediata al antiguo aliado de Dilma, el ex vicepresidente Michel Temer, en el poder.

Temer pasó a encarnar la esperanza de recuperación económica para los brasileños, que observaron cómo su economía se hundía durante el mandato de Dilma. El año pasado cayó el PIB un 3,49%, subió el desempleo hasta los 12,1 millones de parados y Brasil vivió su peor recesión de los últimos 25 años. Cinco meses después, Temer corre el riesgo de ser destituido como su antecesora, ya que hay en marcha investigaciones sobre corrupción y sobornos que podrían salpicar al presidente y derivar en otra crisis política, lo cual evidentemente no ayuda a la recuperación del país. Por si fuera poco, el cambio de gobierno no ha servido para mejorar los datos.

Las estimaciones para 2017 anuncian un exiguo 0,5% de crecimiento económico en Brasil. Temer está embarcado en una reforma de las pensiones que se considera vital para el equilibrio de las cuentas del país, pero no cuenta con apoyos suficientes y es posible que no salga adelante, aunque sí consiguió emprender una reforma fiscal que fijó un techo de gasto público para los próximos 20 años.

Sin embargo, la recesión ha provocado la caída de los precios, que a su vez ha favorecido las ventas al extranjero. La Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB) calcula que este año las exportaciones brasileñas subirán un 7,2% y no hay que olvidar que Trump, el nuevo presidente de los Estados Unidos, acaba de declarar la guerra económica a China, lo cual puede beneficiar a Brasil a medio plazo.

Mientras tanto, la realidad social del país es dura. La crisis ha polarizado aún más las desigualdades y está eliminando la clase media. La masacre de la cárcel de Manaos a principios de año (56 presos muertos en una reyerta) es un claro ejemplo de esa cruda realidad que muchos prefieren ignorar.

Y el año que viene habrá de nuevo elecciones presidenciales. Es de prever que la inestabilidad política y la incertidumbre económica impulsen un proceso electoral atípico. Hay quien espera la llegada de un nuevo nombre que irrumpa en el escenario político brasileño como “salvador” del país, alguien que ataje los problemas estructurales del país, corrupción, desigualdad… que no parecen tener solución fácil ni inmediata.

Comercio exterior de Brasil

Las exportaciones de Brasil contribuyen aproximadamente en un 11% a la economía del país. Sin embargo, se prevé que el cierre de 2016 termine con datos mejores porque los precios a la baja que ha causado la recesión favorecerán las ventas en el extranjero. Las exportaciones agropecuarias mejorarán algo la mala racha ya que se prevé una buena cosecha de grano.

En 2015 Brasil obtuvo un superávit de 19.685,2 millones de dólares en su balanza comercial, que vino a contrarrestar el mal dato de 2014, año en que se registró un déficit de 4.035 millones de dólares. Pero cayeron los flujos comerciales: Brasil exportó un 15,09% menos e importó un 25,18% menos que el año anterior. 

El sector primario sigue siendo la principal fuente de ingresos por ventas de Brasil: en 2015 se alcanzaron los 87.188,2 millones de dólares, que además contribuyeron en un 45,62% a la balanza comercial. En lo que se refiere a productos manufacturados, sumaron el 38,08% de lo exportado y los semimanufacturados el 13,85%.

Brasil destaca como una de las potencias agrícolas y ganaderas del mundo. Casi el 11% de lo que exportó en 2015 fue soja, aunque a continuación se sitúan los minerales, con el hierro y  los concentrados que acapararon el 7,36% de lo exportado. El petróleo registró un 6,1% del total de lo exportado por Brasil. Del 40% de 2014 al 25% que suponen en 2015, estas tres partidas siguen siendo las principales pero Brasil ha logrado diversificar sus ventas al exterior.

Esta diversificación también se manifiesta en sus socios comerciales. Una de las políticas principales del gobierno de Rousseff fue la “nova geografía comercial” que tenía como objeto desplazar las ventas de los países más desarrollados a otros como India, China o Venezuela. Aunque la U.E., Estados Unidos y Japón siguen siendo importantes clientes, regiones como Iberoamérica, Oriente Medio o Asia han ido ganando importancia.

Así, China fue su principal comprador en 2015, con el 18,6% de las exportaciones, Estados Unidos con el 127% y Argentina con el 6.7%. Después están Países Bajos (5,3%), Alemania (2,7%) y Japón (2,5%).

Relaciones bilaterales 

En la clasificación de exportaciones de Brasil en 2015, España se situó en 14º lugar y el 12º como país suministrador. Se trata de una caída considerable si se tiene en cuenta que durante tres años, entre 2010 y 2013, con la buena marcha de la economía en ese país, Brasil fue nuestro primer cliente en Iberoamérica. 

El comercio bilateral de 2016, entre los meses de enero y agosto, registra un desplome del 30,9% interanual de las ventas a Brasil, que suman solamente el 0.9% de todo lo exportado por España en ese período. Caen también, aunque menos, las importaciones, un 17,5%. Así, en los primeros 8 meses del año la balanza comercial para dicho período es de -674,34 millones de euros, lo que supone un incremento interanual del 80,2% y una tasa de cobertura del 75,8% frente a la tasa del 73,7% de 2015. 

En cuanto a los productos, en 2015 España vendió, sobre todo, semimanufacturas (34,1%), bienes de equipo (30,5%), productos energéticos (9,3%), alimentos (8,6%) y sector automóvil (6,7%). En cuanto a los datos disponibles de 2016, los principales capítulos exportados a Brasil por España son productos químicos (27,9%); bienes de equipo (27%); productos energéticos (11,1%); alimentación, bebidas y tabaco (11,1%) y semimanufacturas no químicas (6,3%). 

Principales acuerdos vigentes entre Brasil y España

• Plan de Asociación Estratégica España-Brasil: Firmado en noviembre de 2003. Crea dos Grupos de Trabajo (Infraestructuras y Comercio e Inversiones). No tuvieron mucha actividad hasta que se acordó reactivarlos con ocasión de la visita a España de la Presidenta Rousseff (2012). Se reunieron en 2014 (Brasilia) y 2015 (Madrid)
• APPRI-Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones: Rubricado en marzo de 1995. No se firmó. Brasil no tiene APPRIs con ningún país, aunque está firmando un nuevo modelo de acuerdos, sin claúsula de arbitraje a elección del inversor.
• Tratado General de Cooperación y Amistad: Firmado en julio de 1992. En vigor desde julio de 1994. Como parte del Tratado, figuraba un Acuerdo Económico, en vigor hasta 1999.
• Convenio de Doble Imposición (CDI): Firmado en noviembre de 1974. En vigor desde diciembre de 1974. Actualizado en septiembre de 2003, por intercambio de cartas.
• Acuerdos sectoriales recientes con contenido económico:
– Declaración común de intenciones sobre cooperación en materia tributaria y aduanera, suscrita entre ambas agencias tributarias en junio de 2016.
Acuerdo de Colaboración entre el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y el Ministerio de Integración Nacional sobre recursos hídricos, abril 2015.
– Acuerdo de colaboración ICEX-APEX Brasil, de mayo de 2010, renovado en abril de 2015.
– Acuerdo de Colaboración entre ICEX y la Agencia Gaucha de Desarrollo y Promoción de Inversiones (AGDI, Rio Grande do Sul), diciembre 2014.
– Acuerdo de colaboración entre el Ministerio de Fomento y el PNUD, de marzo de 2014. Da soporte jurídico a la colaboración entre las empresas públicas de ingeniería y planificación de infraestructuras INECO (España) y EPL (Brasil). En trámite de renovación. (enero 2017)
– Acuerdo de colaboración entre CDTI y FINEP, de diciembre de 2013.
– Acuerdo de colaboración ICEX-Investe Sao Paulo, de noviembre de 2013.
– Acuerdo de colaboración entre BNDES e ICO, de octubre de 2013.
– Acuerdo de colaboración entre el Ministerio de Transportes y el Ministerio de Fomento, de diciembre de 2012, junto a un acuerdo entre INECO y EPL. En trámite de renovación (enero 2017).
– Acuerdo de Colaboración entre Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil y la Secretaría de Estado de Innovación, de noviembre de 2012.

Perspectivas de futuro

La situación actual de Brasil complica las previsiones a medio-corto plazo. Se sospecha que la impopularidad de las reformas estructurales que ha de emprender el país llevará a un turbulento año preelectoral de los que no suelen favorecer la economía. Los expertos prevén que a finales de año haya una inflexión, aunque para eso aún falta que discurra todo 2017.

Compartir
Etiquetas: