Alemania - Moneda Única

El motor de la economía europea

Quizá el encuentro más esperado de este principio de año haya sido el que ha tenido lugar hace muy pocas semanas en la Casa Blanca entre el recién elegido presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y Angela Merkel, la canciller alemana. Un encuentro que destilaba frialdad y tensión en el que el mandatario norteamericano expuso todo un catálogo de malas maneras, no por esperadas menos incorrectas en términos de protocolo. Merkel, dura negociadora en privado, mostró en público una impasibilidad que hubiera desmontado a otro que no fuera el polémico presidente estadounidense. Pero lo importante de ese encuentro fue que Trump dio a entender expresamente con su comportamiento que no considera a Alemania un aliado, ni en materia de política internacional, ni en materia de defensa, y tampoco como socio comercial.

Pero Trump no es el único frente que se le abrió a Alemania en 2016. Aquí, en casa, Alemania se enfrenta al cuestionamiento de la Unión Europea tras el referéndum cuyo resultado sacará al Reino Unido de la Unión y obligará a configurar nuevos acuerdos y tratados comerciales. No sólo eso: también se cuestionan las políticas de inmigración, dada la configuración de la realidad social alemana con los refugiados y la amenaza terrorista.

No obstante lo cual, los últimos datos macroeconómicos del ejercicio 2016 son positivos: por tercer año consecutivo, el país mostró un excedente presupuestario, y la deuda pública, aunque supera el umbral de 60% del PIB fijado por la Unión Europea, siguió bajando (68% del PIB). Además, la cuenta corriente sigue siendo ampliamente excedentaria gracias a un excedente comercial masivo.

En definitiva, 2017 se plantea como un año lleno de retos en materia de relaciones internacionales para el gobierno de Merkel, que busca consolidar los buenos datos macroeconómicos sin descuidar la dirección de una Unión Europea algo desnortada tras los últimos acontecimientos.

Comercio exterior de Alemania

En 2016 Alemania mejoró el déficit de su balanza comercial al aumentar sus ingresos por exportaciones en 1.640.000 euros en comparación con el año anterior, y eso teniendo en cuenta que las importaciones han subido también, pero en menor medida. La tasa de cobertura se ha incrementado, del 75,17 al 78,01.

El tercer exportador del mundo, tras China y Estados Unidos, mantiene su músculo comercial muy en forma tras los años difíciles que la crisis europea le hizo pasar. Prueba de ello es que su sector automovilístico ha recuperado cifras más que notables tanto de producción como de importación – exportación y ha dejado atrás el caso Volkswagen, que hace un par de años tanto perjudicó las ventas de vehículos alemanes.

La farmaquímica sigue siendo otro de los sectores de referencia para la exportación alemana, muestra inequívoca de la salud de su sector industrial, como también lo es la siderurgia, que en 2016 ocupa el cuarto puesto en la clasificación de exportaciones alemanas.

Otros sectores de interés son el agrícola (figuran hortalizas en el quinto y cítricos en el octavo puesto), prevaleciendo la preocupación social por la alimentación vegetariana y ecológica y el equipamiento para la navegación aérea. De nuevo el sector industrial  es de los más relevantes de las ventas alemanas al exterior.

Relaciones bilaterales

La relación entre Alemania y España sólo puede calificarse de positiva, tanto en términos diplomáticos como de comercio y de inversión. Para nuestro país, Alemania es un mercado clave, casi tanto como Francia, ya que la mayor parte de nuestras exportaciones van a parar allí. El comercio entre ambos países crece de año en año y ya asciende a 65.500 millones de euros, récord por segundo año consecutivo. De hecho, las exportaciones españolas de bienes a Alemania mejoraron en 2016 un 6,1% en comparación con 2015, mientras que las importaciones subieron también un 2,2%, y además, la tasa de cobertura ha mejorado hasta el 78%.

España compra a Alemania bienes industriales, fundamentalmente automoción, semimanufacturas, y bienes de equipo. A su vez, estos mismos bienes conforman casi las tres cuartas partes de la exportación española a Alemania, que es eminentemente industrial. Por sectores, el de mayor concentración de exportación e importación es el del automóvil, con el 31% del total, y a continuación el de las semimanufacturas y bienes de equipo.

El desequilibrio se observa en el sector de la alimentación, en el que la exportación española supera a la alemana (18% frente a 7%).

En cuanto a los servicios, los ingresos por turismo ascendieron en 2016 a 8.367 millones de euros y los gastos a 1.077 millones de euros, con un superávit de 7.290 millones de euros, generado gracias al turismo, que es el sector que desequilibra la balanza a favor de España, mientras que en el resto de las partidas existe equilibrio. España ocupa el 7º lugar entre los exportadores de servicios a Alemania y el 11º en la importación.

Acuerdos económicos vigentes ente ambos países

Las relaciones políticas y comerciales entre ambos países se enmarcan dentro de los acuerdos suscritos en los tratados de la Unión Europea, que ejercen de marco de referencia.

Además, existen otros acuerdos como el Convenio de Doble Imposición (CDI), aprobado en febrero de 2011 entró en vigor el 18 de octubre de 2012, que reemplazó al anterior de 1966.

  • Convenio de Cooperación Aduanera, de 1969.
  • Acuerdo marco de Cooperación en Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico, de 1970.
  • Convenio de Establecimiento, de 1970.
  • Convenio para la Protección de Indicaciones de Procedencia, Denominaciones de Origen y otros indicadores geográficos, de 1990.
  • Convenio de Seguridad Social, de 1973 y Acuerdo complementario de 1975.
  • Acuerdo de Cooperación de Energía Solar, de 1978.
  • Acuerdo de Cooperación sobre Uso Pacífico de Energía Nuclear, de 1978.
  • Acuerdo sobre Trato fiscal en el tráfico internacional por carretera, de 1979.
  • Acuerdo de Cooperación científico-técnica en Investigación agraria, de 1979.

Perspectivas de futuro

Los retos para Alemania en 2017 pasan invariablemente por la necesidad de contrarrestar el efecto Trump, que ha comenzado ya a afectar todas las relaciones internacionales y a alterar la configuración del mapa del comercio a escala global. El papel de Alemania en esos vínculos comerciales es vital y de la capacidad de sus gobernantes de manejar estratégicamente esta complicada situación dependerán los próximos años de exportación – importación alemana.

En cuanto a las oportunidades de negocio, la buena salud del sector industrial hace que la demanda de personal cualificado en el sector de la ingeniería sea fuerte y constante. Los precios competitivos y la calidad de los profesionales españoles son garantía de que las empresas de subcontratación españolas encuentren su hueco en el mercado alemán.

Otro sector en auge es el de la construcción, y en concreto, el de la construcción residencial, al que también va unido el de las infraestructuras públicas, uno de los sectores estrella de la exportación española. Está previsto que la reciente aprobación del Plan Federal de Caminos (Bundesverkehrswegeplan 2030), con inversiones previstas hasta el año 2030 cristalice en nuevas oportunidades para las empresas de nuestro país. Además, estas infraestructuras deberán alinearse con los servicios relacionados con el medioambiente, tales como la reducción de emisiones, la gestión del agua, la de los residuos y el reciclaje.

Por último, la digitalización de la economía, impulsada por el Gobierno federal, supone también un campo potencialmente atractivo para empresas españolas en el campo de las nuevas tecnologías, no únicamente en el sector tradicional de las ICT, sino también en desarrollos tecnológicos para la digitalización de procesos industriales.

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