Costa de Marfil aspira a convertirse en una de las potencias regionales en los próximos años y sus indicadores macroeconómicos parecen apoyar su candidatura. Este mercado africano mantiene una tasa de inflación controlada (por debajo del 5% desde hace cinco años) y tipos de interés relativamente bajos (por debajo del 5,5% desde 2007). Entre 2013 y 2017, su PIB ha crecido por encima del 8%. Asimismo, la inversión extranjera ascendió a 1.600 millones de dólares en el periodo 2013-2015, según datos del Centro de Promoción de las Inversiones de Costa de Marfil (CEPICI).
Las manufacturas y los equipamientos industriales para sectores como la mimería o la transformación agroalimentaria son los bienes más demandados, aunque también están ganando peso otros sectores vinculados al comercio de productos de consumo, dado el crecimiento del poder adquisitivo de la clase media. Entre ellos destacan los productos alimentarios (frutas, verduras y aceites), bebidas (vino y zumos), textiles y calzado.
Las infraestructuras, los transportes, la energía, el medioambiente y la construcción se encuentran entre los ámbitos que más inversión internacional están recibiendo y se espera que continúe esta tendencia en los próximos años gracias al Plan Nacional de Desarrollo 2016-2020. Este plan está dotado con un presupuesto previsto de 44.500 millones de euros, de los que más del 60% se concentra en los sectores citados.