Lorenzo Amor - Moneda Única
Presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Autónomos (ATA).

“Administración e instituciones deben poner en valor a los miles de autónomos que exportan”

Cinco de cada cien autónomos exportan. Algo que, en palabras de Lorenzo Amor, presidente de ATA (Federación Nacional de Asociaciones de Autónomos) era “impensable” hace menos de una década. La economía digital y la irrupción de gigantes del comercio electrónico han convertido a los trabajadores por cuenta propia en embajadores “callados y silenciosos” de la Marca España. Tras haber ganado la primera batalla al Gobierno y conseguir aumentar la protección social del colectivo, la próxima plaza a conquistar son medidas para incrementar la competitividad de los 3,2 millones de afiliados al RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos).

Dos de los pilares del nuevo modelo de relaciones laborales son la digitalización y la internacionalización, ¿en qué punto están los autónomos?

Hoy tenemos un número record de autónomos que comercializan sus productos y servicios fuera de España. Las nuevas tecnologías y la economía digital han facilitado las exportaciones de los autónomos. Tenemos autónomos que se dedican a hacer espadas en un pueblo pequeño en Valladolid y venden en el mundo entero por la ruptura de fronteras que ha supuesto internet y la digitalización. Es algo que ocurre en todos los sectores en los que desarrollan sus actividades los autónomos, desde la industria hasta los servicios pasando por artesanos…

¿Cómo se ha transformado la forma de exportar del autónomo en los últimos años?

La crisis ha hecho avanzar mucho a los autónomos. Hoy están mucho más formados y preparados. Prueba de ello está en el nivel de crédito solicitado por los autónomos. Ya no son grandes volúmenes como en la época pre-crisis. Se prefiere ir despacio.

Aun así, hay autónomos que han muerto de éxito al internacionalizarse…

El mundo del autónomo como el de la empresa es un mundo de riesgo. Por ello hay que tener en cuenta desde el buen fin de la operación así como otros factores como la competencia, la financiación y la capacidad de dar respuesta al cliente. Hay que aprender de modelos de éxito ya consolidados en los que se tengan en cuenta tanto los puntos fuertes como las limitaciones propias del negocio.

¿Qué actuaciones son prioritarias aumentar la base de autónomos y pequeños exportadores regulares?

Formación y asesoramiento. Conocer el mercado, la competencia… Son premisas fundamentales. Al igual que el empuje para lanzarse a la aventura. Tampoco hay que venirse abajo si esta sale mal. Hay que volver a intentarlo, es decir, es prioritario impulsar programas de segunda oportunidad.

¿Con qué programas o iniciativas ayuda ATA a la internacionalización de los autónomos?

En ATA disponemos desde hace años de un acuerdo con Acocex (Asociación Española de Profesionales del Comercio Exterior). Tienen un conocimiento de primera mano fundamental para abrir nuevos mercados. Tienen práctica, experiencia y saben detectar las oportunidades que ofrecen los mercados exteriores para los autónomos y las pymes. Además, realizan una labor de asesoramiento que se adapta al tipo de actividad, tamaño de negocio… En definitiva a las particularidades del autónomo que quiere exportar, lo que supone que las posibilidades de éxito se multipliquen.

¿Cuáles cree que son las ineficiencias de los organismos y entidades públicas a la hora de plantear programas o instrumentos de ayuda para la internacionalización de los autónomos?

Hablando claro, en España hay que ser una pyme para que te presten atención. Es muy complicado que un autónomo que se dedica, por ejemplo, a reparar y restaurar las coronas de la monarquía británica -¡que lo hay!- tenga el mismo apoyo institucional que una pequeña empresa que se dedica a vender jamones en dicho mercado. Desgraciadamente, en este aspecto, tal y como está establecido el propio sistema marca diferencias que hay que superar si queremos mejorar nuestra competitividad. La Administración, los organismos públicos y las empresas público privadas de apoyo a la exportación han de empezar a poner en valor a todos aquellos autónomos que venden sus productos de forma callada y silenciosa a otros países. La suma de todos ellos supone riqueza económica y empleo. Una sola empresa como son los autónomos generan más de cuatro millones de puestos de trabajo.

¿Lastrarán la internacionalización de los autónomos algunas de las decisiones que ha tomado el Gobierno como subida de las cotizaciones, del SMI?

Lo peor que le puede ocurrir tanto a un autónomo como a un emprendedor, como a una pyme o como a un empresario es la falta de certidumbre, certeza, confianza y seguridad jurídica. El Gobierno no puede estar jugando a la Yenka -izquierda, derecha, delante, detrás, tiene que tener una hoja de ruta clara. Tampoco se puede vivir de globos sonda.

El sector del transporte, clave para la internacionalización, ha anunciado movilizaciones si el Gobierno no aporta soluciones que compensen medidas como la subida del diésel o el posible de cobro de peaje en las autovías, ¿cuál es la posición de ATA a este respecto?

No por subir más impuestos se va a recaudar más. Un autónomo cuando quiere incrementar sus ingresos más no aumenta precios. Además, ya no soplan los vientos de cola. La desaceleración en la economía mundial está ahí. Las restricciones comerciales también… Vemos cómo se encarecen los costes laborales, energéticos. La situación es para estar alertado y no presionar ni pisar el pie a los que tienen que generar empleo como los autónomos. Si no podemos encontrar el efecto rebote: menos gente trabajando y, por tanto, menos recaudación y menor protección social.

Junto con a plataformas como Amazon o Alibabá, el efecto tractor está contribuyendo en gran medida a la internacionalización de los autónomos y las pymes, ¿cree que, al menos en este ámbito, se deben potenciar las acciones conjuntas entre las asociaciones de autónomos y la patronal?

La patronal representa a sus empresas y los autónomos representamos a los autónomos. La administración es la que debe ejercer de enlace y saber enlazar las necesidades de ambos colectivos a la hora de la internacionalización. Es cierto que hay empresas que están muy preocupadas por diseñar actuaciones que favorezcan la internacionalización de sus proveedores que son, en muchos casos, autónomos y pymes.

Sin embargo se da la paradoja de que muchas de estas grandes empresas son las que peor pagan a sus proveedores.

Es algo a lo que hay que poner freno. Llevamos mucho tiempo hablando de tolerancia cero con la morosidad y se da la paradoja que los primeros que incumplen son las administraciones públicas. Cómo vamos a exigir a las empresas cuando son éstas las primeras que no respetan la Ley de Morosidad. Es absolutamente necesario establecer una Ley con un régimen sancionador eficiente. Pero no sólo en España sino también a nivel de la Unión Europea.

¿Se refiere a un único régimen sancionador?

España tiene que tener uno. Pero Europa ha de contar con otro que regule las operaciones intracomunitarias. Pensemos que cada vez son más los autónomos, las pymes y las empresas que realizan operaciones con países de la UE y se quedan colgados.

Muchos autónomos están a pendientes de los términos definitivos del acuerdo de salida de Reino Unido de la Unión Europea, ¿deben optar por este mercado?

El Brexit en sí es una oportunidad perdida. Dicho esto, hay autónomos que exportan fuera de la zona euro. Independientemente del posible incremento de costes por la imposición de aranceles que hasta ahora no existían y, qué ya se verá, no creo que pase nada. Reino Unido sigue siendo un mercado atractivo para los autónomos que quieran vender allí. Lo que sí me preocupa es la situación de Gibraltar. En este caso soy partidario de la cosoberanía.

Los países de la Unión Europea ha animado a España a exportar el modelo de autónomos, ¿qué ventajas ofrece frente al de países como Francia, Reino Unido, Alemania…?

Estoy cansado de oír que los autónomos en Europa pagan muy poco y reciben mucho. En la práctica lo que existe es un galimatías diferente en cada uno de los países, en muchos no existe el derecho a pensión o se limita al 30% de la última base de cotización. No sólo hay que ver lo que se paga sino también lo que se recibe. En España está en consonancia.

Volviendo al mercado laboral, parece evidente que en este cambio radical que se está produciendo las grandes empresas van perdiendo peso en la economía, ¿es el momento de los autónomos?

Si. Tanto en España como en Europa y el resto del mundo es el momento de los autónomos y de los freelance. Las nuevas formas de trabajo llevan a que cada día más surjan iniciativas por cuenta propia y a que actividades que antes se hacían por cuenta ajena ahora se realicen por cuenta propia. Por otra parte, hay cada vez más empresas de gran tamaño que se van diluyendo en pymes y esas pymes a su vez se diluyen en autónomos.

Una tendencia al minimalismo empresarial que sale rentable a las empresas, ¿no cree?

En un mundo globalizado donde la competencia cada vez es más grande, las compañías buscan ahorrar costes.

¿No es esto un caldo de cultivo para la figura del falso autónomo?

No. Antes era tradicional en una empresa tener un asesor laboral, un director de comunicación, un economista… En definitiva, las empresas subcontratan cada vez más los servicios. Ocurre incluso también en la industria donde parte de las cadenas de producción se están externalizando hacia los pequeños negocios de los autónomos. Piense que, por ejemplo, en la plantilla de una compañía de telefonía ya no hay instaladores, ni tampoco peritos en una aseguradora.

Entonces, ¿favorecerá este nuevo modelo la regularización de los autónomos que trabajan de forma irregular?

El problema del falso autónomo es un problema de toda Europa, no sólo de España. Dicho esto, hay que delimitar donde hay una relación laboral y donde una mercantil, que es en lo que se está trabajando actualmente desde las distintas administraciones y, especialmente, desde la inspección de trabajo. No obstante, es ilógico mantener las relaciones laborales del siglo XIX en el siglo XXI. Creo que el avance de las relaciones laborales y mercantiles, la economía digital, que vamos a ver de aquí a 20 años llevará a que la figura del falso autónomo desaparezca del mercado laboral y, por tanto de nuestra terminología.

¿Qué opinión le merece el proyecto de presupuestos generales que acaba de presentar el Gobierno de Sánchez?

A este respecto, lo único que pido tanto al Gobierno como a todo el arco parlamentario es certidumbre, certeza, confianza y seguridad jurídica. Si no se es capaz de garantizar esto va a ser muy difícil mantener los niveles de crecimiento y generación de empleo actuales.

¿Veremos sentados en una misma mesa de negociación a patronal, sindicatos y asociaciones de autónomos?

A día de hoy hay dos mesas de diálogo social, la de la patronal y los sindicatos y la de los autónomos. Cada uno tiene su ámbito tiene de negociación, que no son los mismos. Tampoco es bueno confundir los términos.

¿Lastrará el plan Carmena las inversiones de los autónomos?

No se puede poner en marcha un plan que no tenga un análisis de impacto suficiente y que está dañando gravemente a residentes, trabajadores, autónomos y ciudadanos. No estoy en contra de las peatonalizaciones pero hay que ser consecuente y facilitar las zonas de acceso.

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